voki

domingo, 5 de mayo de 2013




                                                                    Arquitectura Incaica

Se denomina arquitectura inca al estilo arquitectónico que estuvo vigente durante el imperio inca, especialmente a partir del gobierno de Pachacutec Inca Yupanqui hasta la conquista española (1438-1533).
La arquitectura desarrollada en el incanato se caracteriza por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetría y por buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de sociedades costeñas como la chimú, los incas utilizaron una decoración bastante sobria. El principal material utilizado fue la piedra, en las construcciones más simples era colocada sin tallar, no así en las más complejas e importantes. Los constructores incas desarrollaron técnicas para levantar muros enormes, verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra tallada que encajaban perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler. Muchas veces esos bloques eran tan grandes que resulta difícil imaginar su colocación, las mejores muestras de esta habilidad se encuentran en la zona del Cusco. Se sabe que los mejores talladores de piedra eran collas, provenientes del Altiplano y que muchos de ellos fueron llevados al Cusco para servir al estado.


         Metalurgia:

Después de la conquista española, las huarias continuaron empleándose en Potosí (Bolivia), la mina de plata más importante.
La metalurgia inca estuvo influenciada por la orfebrería de los Chimú y la metalurgia del altiplano. Los artesanos incas utilizaron intensivamente el bronce (aleación de cobre y estaño) como principal material en la manufactura de los objetos utilitarios y militares (porras estrelladas). El oro y la plata, por otra parte, fueron utilizados para la confección de objetos rituales (figurinas zoomorfas).
Las figurinas zoomorfas son las formas típicas de la orfebrería inca. Representaban a los auquénidos sudamericanos (llama, vicuña, alpaca). Los investigadores aseguran que estas figurinas zoomorfas eran parte de las ofrendas que se entregaban a los dioses para asegurar la fertilidad del ganado.
En los documentos del siglo XVI se informa que los mejores orfebres del imperio (especialmente los provenientes de la costa norte) eran trasladados como mitimaes al Cusco para elaborar joyas y objetos suntuarios para la elite y el inca. La presencia de estas colonias de orfebres hizo que surgieran estilos híbridos que mezclaban los estilos cusqueños con los provinciales; de aquí resultan, por ejemplo, los keros Chimú-Inca.
Los metales fueron fundidos en pequeños hornos de barro conocidos como huairas (viento, en quechua), que eran los hornos de fundición del antiguo Perú. Según las descripciones del siglo XVI, se trataba de un horno pequeño y portátil de barro con forma de pirámide trunca. Medía 90 centímetros de alto, 45 de ancho y 30 de base. Al pie del horno, a modo de contenedor, se recogía el metal fundido y la escoria. Su combustión era con estiércol o carbón, y el fuego era avivado por el viento que penetraba por los agujeros de sus paredes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario